Está más que demostrado que el artista nace, no se hace…Se pueden aprender distintas técnicas pictóricas, modos y maneras, pero eso que se ha dado en llamar “tener arte”… se tiene desde antes de nacer. Esa es la principal razón de que hablar o escribir sobre Puerto Encinas sea fácil y difícil a la vez… Me explico: Es fácil por que Puerto es de esa clase de mujeres que llegan al alma, que se dan a querer y que, además, se entregan de todo corazón a la causa que sea, con tal de participar y ayudar a quien o a quienes lo necesite y, por tanto, quien conoce a la persona no tiene más remedio que quererla. Esa es Puerto Encina, la amiga, “la humana”.

Pero ahora llega la parte más difícil: Puerto Encinas, la pintora, la artista…la etérea.

¿Que se puede decir de una mujer que ya desde muy niña quería pintar y a la que su padre le ponía todos los impedimentos habidos y por haber en base “a que estudiar bellas artes era cosa de bohemios”? …y a pesar de ello en el año 1.987 ingresó en la Escuela de Bellas Artes “Rodrigo Alemán”, donde se diplomó en B.B.A.A., para continuar su formación diplomándose también en dibujo y pintura (1.990/94) y continuar su aprendizaje con curso de dibujo del natural. En sus constante “aprendizaje” en los años 2.004/05 asiste a dos cursos de Grabado bajo la dirección de un maestro de prestigio nacional.

Pero,  ¿qué se puede decir –sin pecar de intruso- de alguien de quien muchos artistas, pintores de reconocida valía y prestigio internacional y críticos de arte, han dicho cosas como estas:

“Mª del Puerto es de Plasencia, donde la encina es el árbol símbolo de los campos de Extremadura y Mª del Puerto tiene de apellido paterno Encinas.

Esta simbiosis con que Dios ha dotado a esta singular mujer que desde pequeña demostró su afición -y luego su dedicación- al arte de la pintura.

puerto-encinas-catedral...Sus cuadros son de un puro extremeñismo, tanto en el color como en la representación de sus paisajes -tanto rústicos como urbanos- donde puede apreciarse su afán por buscar técnicas nuevas para mejor representar en sus lienzos esas piedras de las Hurdes pizarrosas, la Vera, Hervás, el Valle y Cintra; tesoros para recrear las vistas que aún perduran en tantas comarcar”; “A Puerto Encinas no le gusta improvisar, sino que matiza y contempla los detalles y rincones de sus calles y edificios, de sus riveras y alamedas, de sus retratos, sombras y penumbras, piedras y celajes. En definitiva, en el realismo interpretado y transcendido que practica, se atisban en este vestíbulo de su trayectoria, claros indicios y pruebas elocuentes de poseer las cualidades idóneas para madurar un lenguaje propio y su diseño, que le alejen de preciosismos miméticos y de modas al uso que enmascaran la autenticidad”; o este: “Después de muchos años de dedicación; búsqueda y experimentaciones, Puerto Encinas ha logrado depurar su pintura hasta alcanzar, en algunos aspectos, una verdadera maestría. Cuando se trata de reflejar la belleza de la piedra, la artista placentina no la pinta, sino que casi la labra para conseguir su textura, dotarle de relieves y hacer que casi abandone el plano del cuadro para proyectarse en otra dimensión.”… Así podíamos seguir exponiendo opiniones de artistas y de críticos que alaban el arte de Puerto Encinas.

Puerto es la pintora que cuando trabaja la piedra convierte sus pinceles en cinceles para elaborarla y darle vida, entre los juegos de luces y de sombras que en sus lienzos resaltan como reales.

La valía pictórica de Puerto está tan reconocida dentro de ese mundillo tan peculiar -y a veces tan poco conocido de la pintura y de los pintores- que son innumerables las exposiciones seleccionadas de sus cuadros que ha realizado, tanto en solitario como colectivas, en España y en el extranjero.

La importancia de su obra es tal que parte de la misma se encuentra expuesta en la Delegación del Gobierno (Badajoz), Caja de Extremadura, Paradores nacionales de España, Ayuntamiento de Madrid, Ayuntamiento de Plasencia, Ayuntamiento de Lucena (Córdoba), Museo San Juan de Dios (Alicante), Museo de Cintra (Portugal), Museo de Vendas Nova (Portugal), Catedral de Formosa (Argentina), Teatro Alcázar (Plasencia), Obispado de Plasencia Y Ermita de la Virgen del Puerto (Plasencia).

Asimismo, existen colecciones privadas de Puerto Encinas en Madrid, Valencia, Cáceres, Plasencia, Tenerife, Comarca del Penedés, Sevilla, Salamanca, Barcelona, Murcia, León,  Tarragona y Alicante; y en países de Europa tales como Alemania, Portugal, Holanda y otros.